Epilepsia en perros: cinco pautas para actuar frente a un ataque
Ante un ataque de epilepsia en el perro, se debe mantener la calma,
tumbarle, no intentar sacarle la lengua, dejar que se recupere y seguir el
tratamiento recomendado
La epilepsia en perros es una enfermedad de carácter
hereditario, más común en determinadas razas:
Pastor Alemán, San Bernardo, Setter, Beagle, Caniche, algunos Dachshund y
Basset Hound. El primer ataque epiléptico se manifiesta a menudo en perros con
edades comprendidas entre los seis meses y los cinco años y, aunque se
diagnostica por descarte de otras causas, se debe aprender a actuar ante un ataque de
epilepsia en el perro.
Hay cinco pautas clave para actuar: conservar la calma, tumbar al perro, no
intentar sacarle la lengua, dejar que se recupere y seguir el tratamiento
recomendado por el veterinario. La epilepsia no implica la muerte, pero puede
suponer un accidente grave para el can.
¿Cómo actuar
frente al ataque epiléptico del perro?
La denominada epilepsia idiopática o esencial en perros es una enfermedad cerebral caracterizada por una sintomatología
similar a la manifestada en personas que sufren esta patología. Cuando comienza
un ataque, de modo aleatorio e imprevisible, se produce una descarga de energía
en el cerebro que provoca en el perro movimientos de pedaleo en las
extremidades, salivación abundante, micción o defecación sin control y pérdida
del conocimiento. ¿Cómo actuar en este caso?
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1. Se debe conservar la calma y colocar al animal de manera que no se golpee o caiga de un
lugar elevado.
·
2. Se puede tumbar al perro encima de una superficie mullida, como una colchoneta o unos
cojines, para que esté cómodo y no se haga daño debido a las convulsiones.
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3. No hay que intentar
sacar la lengua del perro, porque puede
correr el riesgo de mordérsela.
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4. Una vez que finaliza el ataque epiléptico, hay que dejar que se recupere en un lugar tranquilo porque, tras el mismo, el animal queda
agotado.
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5. El veterinario puede recetar un tratamiento en caso de que lo considere conveniente. Este consiste en la
administración de Valium, un relajante muscular que se aplica por vía rectal. Los propios
dueños pueden aplicar el relajante al perro cuando este sufra un ataque
epiléptico.
Perros
epilépticos y ataques que avisan
Los ataques epilépticos
pueden ser de mayor o menor intensidad. Ciertas señales en el comportamiento del perro pueden
anticipar a los dueños que
sufrirá un ataque. "El hecho de que el perro se muestre más nervioso e
inquieto de lo habitual suele ser un aviso de que el animal va a empezar a
tener convulsiones", explica Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor
de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.
Si los dueños se
anticipan al ataque, pueden poner en práctica unos primeros auxilios, como colocar al perro en un
lugar donde no haya peligro de que se golpee la cabeza o corra riesgo de caídas
desde cierta altura. También es recomendable tumbar al perro sobre una
superficie blanda (cojines o una colchoneta), pero siempre en el suelo para
evitar, de nuevo, que se caiga. Esto podría ocurrir si se coloca al perro en el
sofá.
La epilepsia canina no mata y tiene cura
Los ataques epilépticos duran menos de uno o dos minutos, aunque para los dueños que
sufren la situación puede parecer una eternidad. Una vez que finaliza el
ataque, el perro queda desorientado y cansado. Juan Antonio Aguado recomienda a
los dueños "tranquilidad". "La epilepsia no mata, aunque resulta
muy aparatosa y angustiosa para los dueños del animal. Los ataques no tienen
efectos secundarios en el perro, a menos que se golpee o se muerda la
lengua", afirma el veterinario.
La
epilepsia idiopática en perros es incurable y es muy probable que requiera un
tratamiento durante toda la vida
Esta enfermedad no se
puede detectar a través de análisis o radiografías y, en general, no necesita
tratamiento de urgencia, salvo que los ataques se repitan cada poco tiempo,
algo que puede ser muy peligroso para el perro.
La epilepsia idiopática es incurable y es casi seguro que el perro requerirá un
tratamiento durante toda la vida. El animal no sufre durante el ataque, que
rara vez provoca la muerte. En los casos en que la epilepsia está causada por
un tumor cerebral o por una isquemia (disminución del aporte sanguíneo
arterial), se puede operar al animal. Cuando los ataques son muy frecuentes, se
aplica un tratamiento a base de barbitúricos. "Pero solo se utiliza cuando
es estrictamente necesario, porque este tratamiento sí tiene efectos secundarios",
advierte Juan Antonio Aguado.
Perros que detectan un ataque de epilepsia en sus dueños
Ciertos perros detectan
ataques epilépticos en personas antes de que ocurran. Esta capacidad no la
tienen todos los canes, solo algunos, que pueden captar las feromonas o
partículas olorosas que desprende una persona antes de sufrir un ataque. Los
perros son capaces de reconocer un determinado olor corporal, sin importar la
zona del cuerpo de donde procede.
Algunos perros se entrenan para avisar a sus dueños
epilépticos de que van a sufrir un ataque. De esta manera, poco
antes de que ocurra, el perro ladra o da vueltas alrededor de sí mismo para
avisar de que el ataque comenzará. Gracias a la ayuda de estos perros, sus
dueños pueden colocarse en un lugar seguro para evitar caídas o avisar a alguna
persona para que les ayude.
La epilepsia en el perro: consejos
·
En caso de percibir en el animal síntomas similares a los de un
ataque epiléptico, se debe acudir al veterinario.
·
La epilepsia es una enfermedad crónica, así que el perro
necesitará un tratamiento durante toda la vida.
·
No hay que saltarse el tratamiento que haya recetado el
veterinario, para lograr reducir al mínimo los episodios epilépticos.
·
Durante un ataque, hay que colocar al perro en un lugar donde no
se caiga o golpee. Cuando finalice el episodio, se le debe dejar descansar en
un lugar tranquilo.
·
Procurar al perro epiléptico un ambiente relajado, ya que las
situaciones de estrés son a menudo factores desencadenantes de los episodios
epilépticos.
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